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"Viudas" es una película dirigida por Marcos Carnevale sobre su propio guión escrito en colaboración con Bernarda Pagés que se estrenó en agosto de 2011. Actúan Valeria Bertuccelli, Graciela Borges, Rita Cortese y Martín Bossi.
Tuve la fortuna de ver el estreno de la película "Viudas" sentado en el shopping de Rosario junto a mi querido Mario José con quien además del afecto fraternal, comparto desde hace medio siglo y tal vez un poco más, mi afecto por el cine.
Esperaba pasar un momento agradable, en compañía, observando una historia del género comedia, sin demasiados altibajos y fácil. Pero a medida que se desarrollaba la historia, tomé nota que lo que se estaba desplegando en la pantalla tenía muchas más aristas que las que se puede esperar de una simple y liviana narración.
El tema gira alrededor de la muerte de un varón, sin duda bien asesorado para representarla, y cómo se gatillan una suerte de historias que viven cuatro expresiones del género femenino. La esposa clásica, una amante millenials, una mujer trans y una fiel amiga demasiado cercana de la esposa. Los/las cuatro personajes van en forma progresiva construyendo emociones encontradas algunas en forma sutil y otras no tanto, para mostrar las distintas miradas hacia el varón muerto, que oso pasar por sus vidas dejando huellas afectivas con una impronta, muy fuerte.
La batuta del director tiene muy claro que los temas del sexo deben permanecer en el espacio privado de los amantes. Aunque no se puede obviar el impacto que ese mundo privado produce en las conductas, algunas de rechazo y muchas de atracción de las partes. Sin duda la construcción de las emociones pasa por el filtro de las experiencias vividas, muchas placenteras y también muchas con desasosiego. El rol de la figura varonil en vinculos paternales, fraternales, de pareja o de amantes competidores movilizó parte de esa progresiva acumulación de actitudes.
Todo presentado en el entorno de una ciudad que puede ser Buenod Aires o cualquier capital de habla hispana, con flashbacks a una playa paradisíaca que puede estar en el mediterráneo, en el caribe o en las arenas del Brasil. La música pegadiza acompaña a los personajes en los momentos necesarios, agregándole color a las emociones.
La historia es narrada horizontalmente dejando sin aclarar algunos vínculos como ocurre en la vida misma. Deja espacios que tienen que ser cubiertos por la imaginación.
Graciela Borges se desplaza con su belleza íntegra, consolidada con los años, en un papel que maneja con gran naturalidad. Es inmensa en su capacidad expresiva, en sus miedos y en sus temores así como en sus seguridades. En cada nueva trama que le toca desarrollar se supera a sí misma como si no existiera un límite en su capacidad actoral. Carnevale consigue mostrar en ella un personaje femenino por excelencia, dispuesta a la relación hombre—mujer sin complejos ni inhibiciones. Pero aparece en la hora de la verdad una Bertuccelli, con polleras muy cortas y piernas muy largas, que rompe los sueños de una historia matrimonial ordenada. Se agrega un personaje de servicio doméstico transvestido que aporta y trasmite una mirada distinta y su protagonismo queda escondido en los silencios de la historia. El personaje de la amiga, confidente y protagónica incorpora el sentido común necesario para redondear la narración. Sus emociones profundas quedan para ser analizadas por el psicoanálisis.
Una comedia ligera que ofrece espacios sumamente interesantes para poder ser debatidos. Podemos entender que se queda corta en aprovechar un guión potencialmente muy rico, o acordar que muestra lo necesario y deja que el público intérprete lo que quiera de estas cuatro viudas que se quedan solas y vacías, porque han perdido al oponente en la eterna lucha de los géneros.