Crítica de un film pretencioso que no llega a su objetivo en la luz de estos días.

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El cine permite revisar costumbres, hábitos y conductas de las distintas épocas sociales. "La Patota", una película de Daniel Tynayre de 1960, expone los extremos estereotipados de una sociedad que fue residual, pacata, de las costumbres victorianas. En esos días los estados como la soltería, la viudez, el noviazgo, la virginidad, la masturbación, eran vistos como temas que no podían ser expuestos sin su cuota de vergüenza, y con gran dificultad para ser debatidos. En el cine de esos días según Khun están contenidas las contradicciones humanas, nuestra solemnidad y nuestra retórica. Todo en base a una hipocresía de la censura que permitía insinuar pero nunca mostrar. De alguna manera fue un cine transgresor pero con notables inseguridades, y modismos casi en el lugar de lo cursi. El manejo de los cuerpos es vergonzante, evitando la exposición, la crudeza del desnudo cómo pecaminoso. Tynayre maneja una temática de vanguardia que evita enfrentar la censura y así mismo y tal vez, sin querer, confunde en su mensaje aleccionador. Un film para ser visto, si se superan los mensajes pontificadores y las actitudes de rigidez de una sociedad de época dura e injusta.

El aborto es visto en forma tangencial, sin permitirse debatirlo en toda su dimensión de diferentes miradas.

El guión expresa que el embarazo es llevado adelante como un compromiso hacia las clases inferiores para reivindicarlas en sus deficiencias culturales y por una consigna religiosa que es la cultura de la protagonista del film (Mirtha Legrand), víctima de una violación y no considerando la vida futura del ser producto de ese hecho. Se plantea como derecho de la mujer sin considerar los derechos del niño o niña por nacer. Así también se expone que los miembros de la patota planean forzar a una prostituta, (considerando que lo merece) y no a  una joven bella, virgen y buena (considerando que no lo merece). Dejando entrever que por su profesión, la violación a la mujer liviana, está bien vista. O sea, los jóvenes son buenos, no saben contener sus pasiones. 

Es un cine que permite discutir varias posiciones al exponerlas, casi en forma inocente, por lo burdas

Para dejar contento al público, al final la trama hace perder el embarazo a la protagonista, por lo que el problema "se termina" y ella puede rehacer su vida a través del matrimonio, con gran satisfacción de su padre (Cibrían)

Se debe decir que el film presenta imágenes en blanco y negro de una belleza extraordinaria con sombras que muestran la estirpe de un buen director, que recuerda imágenes de Orson Welles, sobre todo en las secuencias del barrio y del tren en la neblina con música acorde. Es simpatico rescatar la voz de Billy Caffaro, cantante de esa época, con mas ritmo que cuerdas vocales, pero que hizo bailar a la juventud de esos  tiempos

por Alberto J. Muniagurria